Buenas tardes a todos. Soy Esther, alumna de la especialidad de Lengua Castellana y Literatura. Aquí os dejo mi incidente crítico. Creo que os resultará interesante porque no tiene lugar en el contexto del aula, sino que implica a los padres de un alumno. Como sabéis, las situaciones conflictivas con los padres en las escuelas e institutos están a la orden del día, así que me pareció interesante reflexionar sobre cómo reaccionaría yo ante una situación de estas características y qué medidas tomaría para enmendar los errores que pudieran surgir de una actuación precipitada. He hecho ciertas sugerencias en el punto 4. Intervención y seguimiento, pero me gustaría que si las tenéis, aportarais las vuestras. Gracias por leerme y buen fin de semana.
El incidente
crítico que me he propuesto describir tiene lugar durante una entrevista de la
profesora –Laura- con el padre de uno de sus alumnos, al que ha decidido citar
porque ha observado que, aunque su nivel en la asignatura es bueno en general,
tiende a flojear en las “tareas” que encomienda al grupo para trabajar en casa,
razón por la cual está obteniendo unas notas bastante bajas en esos trabajos.
La docente en cuestión es tutora de este chico –Álvaro-, que pertenece a un
grupo de tercero de la ESO, y, aunque todavía no ha terminado la primera
evaluación, teme que la falta de esfuerzo del muchacho provoque el suspenso de
la asignatura. Por ello, decide convocar a los padres de Álvaro a una reunión
para recabar información sobre los hábitos de estudio de Álvaro y si han
comprobado que tiene dificultad con la asignatura. Sin embargo, a la reunión
solo acude el padre, ya que la madre de Álvaro no ha conseguido pedir permiso
en el trabajo.
-
Buenos días, ¿es usted el padre de Álvaro, verdad?
-
Sí, buenos días.
-
Bueno, le he pedido que nos reuniéramos porque…
-
Sin rodeos, vaya usted al grano. ¿Qué le pasa
con mi hijo?
-
¿Cómo dice?
-
Sí, que qué tiene con él. Me resulta curioso que
el niño haya sacado toda su vida buenas notas en esta asignatura y de repente,
¡hala, al borde del suspenso!
-
¿Al borde del suspenso?
-
Sí, por lo visto usted no le ha puesto más que
cincos raspados en los trabajos que ha hecho. ¿Qué pretende?
-
Vamos a ver. En primer lugar, Álvaro no está al
borde del suspenso porque estamos al principio de curso, o sea que tiene tiempo
para ir mejorando. Además, es normal que en tercero se flojee un poco más,
tenga en cuenta que el nivel de exigencia es más fuerte.
-
Yo no estoy hablando del resto del curso, es su
asignatura la que le da problemas a mi hijo, y lo sé porque él dice que no
entiende el porqué de esos cincos raspados, que en las demás asignaturas no le
pasa. Quiero que me explique qué hace para que le ponga esas notas.
-
Bueno, si me deja continuar le diré que esas
notas tan raspadas son simplemente avisos para que espabile y se esfuerce un
poco más, porque yo creo que tiene capacidad de sobra.
-
¿Que no se esfuerza? Yo le veo todos los días en
casa haciendo sus cosas, como ha hecho siempre.
-
Ya, pero el caso es que seguramente ese rato que
emplea en hacer “sus cosas” como usted dice o no es suficiente o no lo utiliza de
manera productiva.
-
¿Qué insinúa?
-
Yo no insinúo nada. Estoy tratando de decirle
que sospecho que Álvaro no sabe cómo aprovechar su tiempo de estudio
adecuadamente, y ahí es donde quería llegar. Quería preguntarle si usted o su
mujer han observado cómo estudia su hijo.
-
¿Cómo? ¿Qué quiere, que nos dediquemos a vigilar
al chaval como si fuéramos policías? De eso nada.
-
Creo que no me entiende. Lo que quiero decir es
si se han fijado por ejemplo en cómo hace los ejercicios, y si les ha comentado
que tiene alguna dificultad. ¿Les pide ayuda?
-
Pues no, no nos pide ayuda. Pero es que para eso
ya están sus profesores. Yo llego hasta las narices –por no decir una cosa más
fuerte- de trabajar y lo último de lo que tengo ganas es de ponerme a hacer
deberes con el chaval como si estuviera en parvulitos. Si tiene catorce años
ya… Que usted no le sepa enseñar es otra cosa.
-
Yo hago mi trabajo lo mejor que puedo. Pero
estoy intentando decirle que ustedes en casa también tienen que colaborar… No
se trata de vigilar a Álvaro, se trata de asegurarse de que aprovecha bien su
tiempo de estudio, y ahí es donde entran ustedes, su familia.
-
Yo lo único que sé es que veo al chaval
estudiando como siempre. Pero yo que usted no estaría tan seguro de lo bien que
hago mi trabajo cuando resulta que luego ocurren estas cosas. Algo tendrá su
forma de trabajar o las tareas que manda que no funcionan.
Ø Análisis
del incidente crítico según las Pautas
para el análisis de los incidentes críticos (PANIC) señaladas por Carles
Monereo en su libro Docentes en tránsito.
1. Descripción
del contexto en el que se sitúa el IC. Antecedentes.
El incidente ha
tenido lugar en una entrevista que la profesora ha decidido convocar con objeto
de obtener información sobre el alumno para poder actuar en consecuencia. Álvaro,
que siempre ha obtenido buenos resultados en la asignatura que imparte Laura,
ha comenzado a bajar su rendimiento, y dice no tener ni idea de por qué ha
sacado notas tan bajas en las tareas que la profesora manda al grupo para
trabajar en casa. La reunión se produce en el despacho correspondiente al
departamento de la asignatura, sin más presencia que la de la profesora y el
padre convocado.
Una
circunstancia a tener en cuenta es que Laura ejerce por primera vez en el
centro educativo, de modo que posee más bien poca información acerca de sus
tutorandos. Por otro lado, en la información preliminar que ha recibido acerca
del grupo por parte del centro no consta que haya ningún alumno que tenga una
dificultad específica de aprendizaje; el nivel de los alumnos es medio y ella
trata de adaptar las tareas en consecuencia, pero sabe que si Álvaro aparenta
tener un buen nivel pero no lo refleja en las “tareas” previas al examen, hay
algo que falla. Además, a pesar de haber recibido la formación adecuada y de
que le encanta su trabajo, le afecta
bastante la opinión que los demás tienen de ella; encaja las críticas, pero si
se las formulan de manera agresiva, le resulta difícil no apocarse.
2. Descripción del IC.
Se trata de un
incidente crítico relativo a la relación entre profesores, alumnos y padres. No
parecía haber un conflicto latente; de hecho, la situación ha pillado a Laura
por sorpresa. Cuando el padre de Álvaro la increpa directamente preguntando “-¿Qué le pasa con mi hijo?-“, se queda
de una pieza. Ella no cree haber dado a entender que el problema esté en Álvaro,
pero el padre entiende que esta profesora le tiene “manía” a su hijo, y ha
venido dispuesto a cantarle las cuarenta si hace falta.
A pesar de que
ella intenta reconducir la situación y hacer ver al padre de Álvaro que su
intención es simplemente recabar datos sobre el muchacho para solucionar la
situación (“Creo que no me entiende. Lo
que quiero decir es si se han fijado por ejemplo en cómo hace los ejercicios, y
si les ha comentado que tiene alguna dificultad”), y que las notas más
bajas son simplemente una manera de darle un toque de atención, el padre
continúa en sus trece y manifiesta que no está dispuesto a “vigilar” a su hijo
porque este ya tiene edad para ser responsable de sí mismo (“…lo último de lo que tengo ganas es de
ponerme a hacer deberes con el chaval como si estuviera en parvulitos. Si tiene
catorce años ya…”). Pero va más allá, pues acaba por cuestionar el buen
hacer de la docente: “-Que usted no le sepa enseñar es otra cosa”. Esto
supone un golpe de efecto para la profesora, que se siente atacada e intenta
defenderse (“-Yo hago mi trabajo lo mejor
que puedo.”), para después intentar de nuevo que el padre atienda a su
petición. Sin embargo, resulta inútil; por toda respuesta, el padre vuelve a
cuestionar su profesionalidad y rechaza toda responsabilidad en el asunto.
3. Actores
que intervinieron en el IC.
Actor 1: Laura,
profesora-tutora de Álvaro.
Como hemos
explicado, a Laura suelen afectarle mucho los ataques frontales como el que
acaba de recibir por parte del padre de su alumno. Su intención, desde luego,
no era manifestar que el problema estaba en Álvaro; solo quería obtener datos
externos para saber de dónde venía el problema y poder actuar en consecuencia,
además de informar a los padres de la bajada de rendimiento del muchacho. Su
reacción al incidente crítico ha sido la defensa, porque le afecta profundamente
que alguien cuestione su competencia en su profesión, que eligió porque le
encanta. No obstante, al afirmar que ella hace su trabajo “lo mejor que puede”,
está cediendo ante el ataque del padre de Álvaro, al que da a entender con esta
frase que no está totalmente segura de que hace bien su trabajo. De hecho,
aunque sabe que hace todo lo que está en su mano y todo lo que debe, su
inseguridad le lleva a cuestionarse si realmente el problema no estará en ella,
y eso es precisamente lo que hace que el padre de Álvaro se reafirme en su posición y no quiera
aceptar su parte de responsabilidad en la educación de su hijo.
Actor 2: el
padre de Álvaro.
Bajo su punto de
vista, la responsabilidad de sacar buenas notas es de Álvaro; el no tiene por
qué “vigilarle” para que mantenga el nivel académico al que les tiene
acostumbrados. Si su hijo se esfuerza y aún así no obtiene buenos resultados,
entonces el fallo debe ser del profesor, que no está haciendo bien su trabajo.
Sin embargo, a pesar de que Álvaro se queja de no entender por qué han bajado
sus notas, no le ha ofrecido ayuda para ver qué dificultades tiene, porque
sostiene que su responsabilidad es trabajar para mantener a su hijo, no
ocuparse de que estudie correctamente. La ayuda tienen que ofrecérsela los
profesores, en todo caso.
4. Intervención
y seguimiento.
En lo que se
refiere a Laura, su respuesta ante alguien que está cuestionando su
profesionalidad no es la adecuada. Al decir “Yo
hago mi trabajo lo mejor que puedo”, está dando a entender que podría
hacerlo mejor, y eso provoca que el padre de Álvaro la siga atacando.
Seguramente, tendría que haber empezado por tranquilizar a este padre antes de
que a él le hubiera dado tiempo de atacarla de la manera en que lo ha hecho.
Por ejemplo, podría haberle avisado por teléfono o en una nota de que el motivo
de la reunión no debía preocuparle, porque solo busca recabar datos que no
conoce sobre su alumno. Por otro lado, una medida que podría haber resultado
útil habría sido convocar a la junta de profesores de su grupo para comprobar
si, como señala el padre del chico, la bajada de rendimiento se ha producido
solo en si asignatura o si está ocurriendo a nivel general. En caso de
comprobar que solo ocurre en su asignatura, lo siguiente sería plantearle al
padre durante la reunión que ella, por su parte, va a revisar las tareas que
manda para identificar en qué podría tener problemas Álvaro y qué puede hacer
ella para solucionar esas carencias, pero remarcando a la vez que sería
conveniente que en casa estuvieran atentos a cómo trabaja el muchacho.
Estas son medidas
que convendría haber tomado antes de que se produjera el IC para evitarlo y que
en todo caso, pueden emplearse en una reunión posterior. De hecho, otra posible
solución al IC es convocar otra reunión en la que estén presentes ambos padres
para comprobar si tienen la misma actitud respecto a este problema y para
“tranquilizarlos” a ambos. Tampoco estaría de más informar al jefe de estudios
de la actitud que ha tenido el padre durante la reunión, de modo que estuviera
informado y prevenido ante otro posible incidente más grave. Por último, en
caso de que las actuaciones de revisión por parte de la profesora no tuvieran
éxito, sería recomendable acudir al departamento de orientación en busca de ayuda.