Todo incidente
crítico tiene unos antecedentes, o, por decirlo así, es consecuencia de un
conflicto latente previo. El incidente crítico que hemos elegido tiene como detonante
la ineficacia del profesor a la hora de de motivar a sus alumnos. Estos no sienten la ‘necesidad’ o ‘curiosidad’
por conocer aquello que se les enseña, sino que consideran las clases una
pérdida de tiempo. Nos encontramos ante un profesor (Miguel) que no hace sus
clases entretenidas y dinámicas, que no motiva a sus alumnos ni les explica la utilidad
de lo que enseña, es decir, nos encontramos ante un profesor cuya identidad es
de ‘transmisor’. Este problema, se ve reflejado en la siguiente situación.
En el descanso
entre clase y clase cuatro alumnas (Lorena, Sandra, Diana y Estefanía)
comienzan a hablar acerca de la clase siguiente: la de lengua castellana y
literatura. La opinión de las chicas no es muy positiva al respecto, todas
coinciden en que ‘es un aburrimiento’. Una de ellas va más allá y dice que ella
no piensa asistir a la clase, intentando a su vez convencer a sus amigas para
que la sigan en su plan. A pesar de que frases como ‘¿Quién nos pasará luego
los apuntes?’ o ‘ El profesor dijo
que iba a hablar acerca del examen’ que
las hacen dudar, todas acaban por ‘hacer peyas’. Para su mala suerte, cuando
están saliendo de la clase entra el profesor con su ‘Buenos días’ habitual, el
cual se queda perplejo al ver a sus alumnas saliendo de la clase, casi
corriendo. Esta situación chocante e inesperada para el profesor es lo que se
conoce como incidente crítico.
Los principales
actores de este incidente crítico son las cuatro alumnas y el profesor, cuyas
perspectivas y creencias son divergentes. Por un lado, el profesor, tal vez
inconsciente de su inaptitud para motivar a sus alumnos, se encuentra de
repente con un conflicto bastante chocante y tal vez desmoralizador: sus
alumnos no quieren asistir a sus clases, es más, prefieren fugarse de ellas.
Pero, hay una cosa tal vez peor para él: les da igual que él les vea saliendo
del aula, sus deseos de escaparse de allí son incluso más grandes. Claramente,
esta situación tiene que ser dura y desmoralizador para un profesor, pero sin
duda puede ser el comienzo para que el profesor cambie su manera de organizar
las clases y actividades, de una manera mas motivadora.
Las alumnas, por su
parte, se dejan llevar por sus ganas de ‘librarse’ de la clase, sin pensar en
los efectos que tal decisión pueda acarrear. Seguramente, a sus ojos hacer peyas es lo
justo, ya que no hacen nada ‘productivo’ o ‘interesante’ (no debemos olvidar
que tales ganas surgen de la actitud del profesor y su ignorancia de la
situación). Para ellas tomar el sol ese caluroso día es incluso más beneficioso
que estar en clase escuchando al profesor.
Aparte del propio efecto
que la actitud de las alumnas pueda tener en el profesor, cabe remarcar que la
decisión de fugarse de una clase está fuera de las normas, por lo que puede
acarrear más problemas a ambas partes: al profesor por permitirlo y a las
alumnas por hacerlo.
Aquí podeis ver el video
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Hola,
ResponderEliminarLa frase que me parece fundamental es la de "¿Pero quién va a tomar nota? ¿quién nos pasará luego los apuntes?" dando a entender que tanto dictar notas como tomarlas es la principal actividad.
Lo interesante es pensar hasta qué punto este incidente crítico supone nueva información para el profesor, en el sentido de hacerle atender sobre su propia forma de plantear sus clases, de impartirlas e incluso de pensar sobre la enseñanza.
Parafraseando al profesor de la peli de ayer cuando dice "Aquí las normas las pongo yo, amiguito". Y es que, más allá de las normas explícitas, existe una inmensidad de normas no escritas, que definen la relación entre profesor y alumnos, que se van generando con el paso del tiempo y que, en buena medida, determinan qué será posible hacer y hasta dónde será posible llegar.
Quizás también esa sensación de "librarse" que experimentan sus alumnas al no asistir a clase, es en cierto modo parecida a la que tiene el profesor cuando acaba una de sus clases, una de sus semanas, o uno de sus cursos.
Muy interesante el caso. Enhorabuena.
Un saludo
David